Diremos algo que no es nuevo: la sociedad se transforma constantemente.
A veces, los cambios se dan rápido; otras, implican procesos de larga duración. Algunos cambios impactan directamente y otros nos afectan de una forma menos explícita. Hay cambios que implican un retroceso en la calidad de vida de quienes lo habitamos y hay otros que, afortunadamente, nos ayudan a crecer.
En ese contexto, las empresas juegan un papel importante, dado que no sólo forman parte de la sociedad —y, por lo tanto, deben adaptarse a sus modificaciones— sino que pueden motorizar determinados cambios e impulsar transformaciones significativas en el funcionamiento de nuestro sistema de convivencia.
Se trata de una cadena donde empresas, individuos e instituciones van cambiando y, al cambiar, se afectan mutuamente, provocando nuevas transformaciones. Así, sucesiva e infinitamente.
La inclusión sociolaboral, por ejemplo, es una clara demostración de lo que planteamos hasta acá: las empresas, naturalmente, buscan ser competitivas, y han notado que fomentar el respeto y la integración de la diversidad es una actitud indispensable para cumplir dicho objetivo.
¿Por qué? Porque eso significa que pueden adaptarse y acompañar los avances, las exigencias y las necesidades de la sociedad.
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¿Qué es la inclusión sociolaboral?
La inclusión sociolaboral implica dar oportunidades de trabajo digno a personas que forman parte de la población en riesgo de exclusión —sea por diversidad funcional, género, etnia, entre otros motivos— que les permita desarrollarse y tener óptimas condiciones económicas, sociales y culturales.
Ahora bien, para no caer en la “corrección política” ni quedar en un plano discursivo, las empresas deben gestionar la diversidad, es decir, tomar decisiones que se conviertan en acciones concretas, visibles.
El primer paso es hacer una auto-revisión: ¿existe diversidad entre mis empleados o abundan los mismos perfiles? Mis procesos de reclutamiento, ¿son realmente inclusivos?
El segundo, es garantizar la inclusión en el proceso de selección del talento: para ello, es conveniente usar lenguaje inclusivo y evitar las preguntas sesgadas. También, es recomendable aplicar el currículum ciego, que excluye información sensible (género, edad) y prioriza cualidades y experiencia.
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Gestionar la diversidad
Gestionar la diversidad implica descubrir los puntos de éxito de la heterogeneidad y aprovechar los beneficios que otorga la diferencia de talentos, competencias y características.
Se trata de reconocer y potenciar la pluralidad, teniendo en cuenta múltiples factores: género, edad, origen étnico, religión, orientación sexual, discapacidad, ingresos, ubicación geográfica, crianza, educación, experiencia laboral.
En ese sentido, la pluralidad de ideas, puntos de vista y experiencias puede enriquecer a las empresas, no sólo desde lo ético-moral sino desde lo competitivo. Es decir, la variedad de voces permite tener en cuenta aspectos que habitualmente pasan desapercibidos, lo cual impacta positivamente en el desempeño empresarial, fomentando la innovación y la habilidad para la resolución de problemas.
Además, las empresas que gestionan exitosamente la diversidad suelen atraer talento y retenerlo, por resultar más atractivas y empáticas que el resto de las organizaciones.
En resumen, aplicar políticas de diversidad en una empresa:
- Mejora la productividad
- Mejora el employer branding
- Atrae talento
- Fideliza el talento
- Mejora la relación con los clientes
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¿Cómo llevar adelante una exitosa gestión de la diversidad?
Si un negocio quiere tener éxito debe, entre otras cosas, crear conciencia acerca de la diversidad.
Algunos puntos clave para gestionarla son:
- Definir objetivos: con qué aspectos queremos que cuente nuestra cultura corporativa diversa y cómo conjugarla con nuestro objetivo económico.
- Conocer el estado: reconocer las cualidades de nuestro equipo e identificar las falencias de la empresa que impiden cumplir con los objetivos planteados.
- Actuar: establecer acciones para llevar adelante individual y grupalmente: integrar personas diversas al equipo, crear un entorno seguro y de confianza para ellas, capacitar al personal a través de talleres de sensibilización, comunicar y difundir las políticas de inclusión.
- Medición del éxito: realizar encuestas a los empleados, medir el nivel de rotación del personal, identificar cantidad de altas y de bajas, entre otras.
Una empresa inclusiva rechaza la discriminación y promueve la diversidad. Y vos, ¿tenés en cuenta la diversidad como factor para armar tus equipos?
Esta nota toma información de la siguiente fuente: https://factorialhr.es/blog/inclusion-laboral-diversidad/