Según el estudio “Burnout 2023”, realizado por la agencia de búsqueda laboral y reclutamiento Bumeran, el 94% de los trabajadores de nuestro país aseguran haber experimentado agotamiento laboral, en algún momento de su carrera.
Este fenómeno, que se viene intensificando año a año, pone en evidencia la urgencia de colocar sobre la mesa de debate temas como la salud mental, las condiciones laborales y las nuevas formas de trabajo. Se trata de un incremento significativo que, a pesar de los esfuerzos por abordarlo, subraya la urgencia de tomar medidas efectivas para revertirlo.
Más allá de las extras
Aunque las horas extra pueden contribuir al estrés laboral, el estudio encontró que otras causas como el estrés crónico, la desmotivación y la dificultad para desconectar del trabajo son factores relevantes en el desarrollo del síndrome de Burnout. Es decir, que abordar exclusivamente las horas de más de trabajo no es suficiente para prevenir esta problemática.
¿Y la pandemia?
A pesar de haber dejado atrás la pandemia, el agotamiento laboral no ha disminuido, y las secuelas siguen haciendo estragos. En ese sentido, el 90% de los encuestados, hoy, post-pandemia, informaron haberse sentido más extenuados que en años anteriores.
Esta tendencia demuestra la necesidad de establecer estrategias de afrontamiento más efectivas y un mayor apoyo para los trabajadores en tiempos de crisis.
Desafíos en la gestión: la importancia del área de Recursos Humanos
Aunque el síndrome de Burnout es una preocupación creciente, muchas empresas aún no lo abordan de manera sustancial. Según el estudio de Bumeran, el 56% de los profesionales de recursos humanos admiten no implementar medidas específicas para combatir el problema, lo que indica un gran vacío en la atención de la salud mental en empresas y organizaciones.
¿Qué hacer para revertir el problema?
Algunas medidas que podemos implementar para tratar de contrarrestar esta creciente tendencia al agotamiento mental, por parte de los trabajadores, son:
Fomentar el equilibrio: promover una cultura que valore el balance entre el trabajo y la vida personal. Ofrecer horarios flexibles y fomentar el uso de días libres remunerados.
Atender a la salud mental: proporcionar recursos y programas de apoyo para la salud mental, como asesoramiento y servicios de bienestar emocional.
Concientizar: educar a los empleados sobre los signos y síntomas del Burnout. Fomentar una cultura de apertura y apoyo que anime a los empleados a buscar ayuda cuando la necesiten.
Intervenir: implementar medidas a nivel organizacional, como la distribución equitativa de la carga de trabajo y la promoción de prácticas laborales saludables.
Cuidado personal: animar a los empleados a cuidar su bienestar físico y emocional mediante el ejercicio regular, la meditación y la participación en actividades recreativas.
Apoyo profesional: reconocer la importancia de buscar ayuda profesional cuando sea necesario y proporcionar acceso a servicios de asesoramiento y terapia.
El síndrome de Burnout representa un desafío significativo para nuestros lugares de trabajo. Para abordar esta crisis, se requiere un enfoque multifacético que incluya tanto intervenciones a nivel organizacional como apoyo individualizado.
En cuanto empecemos a priorizar la salud mental y el equilibrio laboral-personal de nuestros trabajadores, podremos crear entornos de trabajo más saludables y productivos para todos.