En la segunda mitad del siglo XX, la exclusión, la pobreza y la desigualdad social se convirtieron en la otra cara de un modelo que proponía el avance del consumo como paradigma dominante. En estas últimas décadas, el capitalismo logró afianzarse como sistema imperante en el cuál las empresas se dedicaron a desarrollar netamente sus negocios sin reparar en las consecuencias sociales y ambientales provocadas.
En este contexto, surgen otras alternativas para el sector privado que proponen un enlace entre la sociedad y las empresas, es decir, una visión que promueve el respecto a las personas, a las comunidades y al medio ambiente como una estrategia integral (definición de RSE, Banco Interamericano de Desarrollo).
El Sistema B se presenta, entre estas opciones, como un modelo de empresas que buscan dar solución a los problemas del mundo actual a través de la utilización de los mecanismos de mercado. “Debemos apropiarnos del poder de la empresa privada para crear beneficios públicos”, imponen como lema.
Las características que tienen las Empresas B son las siguientes:
1. Solucionar problemas sociales y ambientales desde los productos y servicios que se comercializan. También desde las prácticas laborales y ambientales, su relación con las comunidades, proveedores y diferentes públicos de interés.
2. Contienen un riguroso proceso de certificación que analiza todas las dimensiones de una Empresa. Deben cumplir estándares mínimos de desempeño y tener un fuerte compromiso con la transparencia al reportar públicamente sus impactos sociales y ambientales.
3. Protegen su misión o propósito empresarial y combinan el interés público con el privado. Generando confianza con la ciudadanía, clientes, trabajadores y nuevos inversionistas.
La pobreza en los países en desarrollo, la desigualdad en la distribución de la riqueza y la capacidad de regeneración planetaria sobrepasada, requieren de un pronto tratamiento de manera articulada entre la sociedad civil, el estado y el sector privado. Los desafíos del desarrollo sostenible tienen semejante magnitud que las soluciones deben tener escalas y velocidades equivalentes a la dimensión de los problemas. En este contexto, el Sistema B asume el rol de sus empresas como aquellas que tienen una gran capacidad de lograr resultados.
De esta manera, se propone como un desafío urgente lograr un crecimiento que pueda sostenerse en el tiempo, y así mismo, pueda ser equitativo para toda la población. Logrando un nuevo paradigma de negocios que pueda disminuir la pobreza, reconstruir comunidades, preservar el ambiente y crear lugares provechosos para poder trabajar.
El Sistema B es una de las tantas iniciativas que están intentando promover una manera diferente de ver las cosas, teniendo en cuenta no sólo el producto final sino toda una cadena de valor en la que lo más importante sean las personas que en ella trabajan, la comunidad en la que repercuten y el cuidado de los recursos naturales extraídos del ambiente.
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